viernes, 1 de noviembre de 2013

"FRÈRE JACQUES!" HERMANAMIENTOS ENTRE VARONES EN LA FRANCIA TARDOMEDIEVAL


Dos hombres abrazados en una ménsula de la iglesia de San Nicolás, en Maillezais, Vendée (Francia)



En 1980 John Boswell publicó el resultado de su investigación sobre determinados ritos de adelfopoiesis , 'hermanamientos' que tuvieron lugar en la Edad Media entre varones del mismo sexo con el beneplácito de las iglesias cristianas y con liturgia propia. Su tesis, que tuvo una repercusión enorme, equiparaba aquellas uniones con los matrimonios, lo cual fue cuestionado por no pocos investigadores y rechazado, como era de esperar, por la mayoría de eclesiásticos. Una década más tarde, el profesor Allan A. Tulchin , de la Universidad de Shippensburg (EE.UU.), ha profundizado sobre este asunto, partiendo del análisis de algunos casos de hermanamientos hallados en la Francia premoderna.





Rafael Sanzio - Autorretrato con un amigo . Museo del Louvre (París)


Sobre las conclusiones a las que llegaba Boswell, en una reseña, publicada en la London Review of Books el 2 de junio de 2005, James Davidson comentaba lo siguiente: “Los críticos (incluyéndome a mí mismo) por lo general fueron bastante duros con él [Boswell], y su declaración central –la analogía de estas uniones de semejanza sancionadas por la Iglesia con los matrimonios heterosexuales- tuvo pocos adeptos entre teólogos, historiadores o estudiantes de sexología. ” Pero, poco después, el mismo Davidson, tras leer el libro The Friend de Alan Bray (2003), replanteaba su visión y concluía que Boswell, aunque extralimitado, no andaba descaminado en sus teorías. 




Adán (ca. 1260). Musée National du Moyen Âge (París).


PRECEDENTES



El affrèrement ('hermanamiento') fue una institución que existió en Francia y tuvo su equivalente en otros lugares y culturas, con distintas denominaciones. Muy extendida estuvo en la Europa mediterránea a finales de la Edad Media, incluida la Península Ibérica. Consistía en un contrato civil, sin intervención alguna de la Iglesia -esto es importante recalcarse-, que permitía la creación de una familia no nuclear, de variada tipología. Compartía muchas de las características de los contratos matrimoniales, pero no era una unión conyugal stricto sensu . A este respecto, se hallarían más próximos de lo que hoy entendemos como 'uniones de hecho'.

Este tipo de fraternidades fue bastante común en el Mediterráneo europeo de aquellos tiempos prerrenacentistas, que no fueron tan oscuros como algunos suponen. Probablemente casi la mitad de la población de entonces estaba compuesta por familias no nucleares. Las guerras y la peste, entre otras razones, las etiquetas fragmentado hasta límites inimaginables. No es de extrañar, por tanto, que las leyes de la época permitieran el affrèrement como medio para poder regularlas de alguna manera.


Aunque aún queda mucho por debatir, son profusos los estudios dedicados a tales 'hermanamientos' en Inglaterra y también en Italia y hasta en los países eslavos y los Balcanes. Por lo que respeta a España, Eduardo de Hinojosa ya se refería a ellos en su artículo “La fraternidad artificial en España” (1905), pasando de puntillas, como es lógico, sobre la posibilidad de relaciones homosexuales entre los contrayentes, como poco antes hecho el alemán Kohler (1884) y el italiano Tamassia (1886). 




Emmanuel Le Roy Ladurie



LA PERSPICACIA DE LE ROY LADURIE 

Por lo que toca a la investigación contemporánea, ya en el año 1933 Roger Aubenas mencionaba casos de affrèrement , utilizando el término neolatino affrairamentum (más próximo al antiguo francés ' afrairement '), pero se refería a ellos como una especie de 'fraternidades artificiales' , sin profundizar mucho en la cuestión. Años más tarde Jean Gaudemet (1963) insistía en este asunto, pero utilizando otro término ambiguo: el de communautés familiales ('comunidades familiares'). 

El primer historiador que sugirió la posibilidad de que algunos 'hermanamientos' podrían esconder amores del mismo sexo fue Emmanuel Le Roy Ladurie , allá por 1966. Sus observaciones no recibieron especial eco por parte de los investigadores, hasta que Boswell construyó su teoría acerca de las 'bodas de semejanza'. Alan Bray (1983) hizo lo propio en lo que se refiere a la Inglaterra renacentista, respaldando así las teorías de Boswell. Más recientemente, Allan A. Tulchin ha logrado situar el asunto en su contexto, aportando nueva documentación recogida en los archivos de Provenza, Nîmes, alrededores de Narbona, Montpellier, Albi y Condrieu. En su análisis, lúcido y sólido, nos hemos basado fundamentalmente para redactar estas líneas.




PAN, VINO Y BOLSA

Las consecuencias derivadas de los affrèrements eran realmente profundas. Los Nuevos 'hermanos' se prestaban a vivir juntos Compartiendo “Pan, Vino y bolsa” ( ONU dolor, la ONU vin et une bolsa ), Como SOLIA estipularse. Todas sus pertenencias generalmente eran comunes a ambos, como bienes gananciales, y cada uno se convertía en heredero legal del otro, cercenando así el derecho a herencia de otros parientes cercanos. Lo habitual era testificar ante un notario, y con presencia de testigos –por lo común amigos de los affrèrés- , que daban fe del afecto que sentían el uno por el otro.

Existe un amplio muestrario de modelos donde establecer estos acuerdos legales. Uno de los más extendidos era que dos o más hermanos, herederos de la casa familiar, decidían seguir conviviendo juntos en plano de igualdad, tal como hicieron en vida de sus progenitores. Pero no todo quedaba ahí. Incluso parejas casadas, y con hijos pequeños, podían hacer uso del affrèrement , lo que, en un principio, excluía pensar en cualquier relación sexual inherente. También existían otros casos en los que los contrayentes eran compañeros de convento. Pero esa es otra historia ...



David y Jonatán. La Somme le roi (hacia 1300). Biblioteca Británica. Londres.



MÁS QUE AMIGOS

¿Qué decir de aquellos casos en los que los firmantes, algunos menores de 25 años, eran laicos solteros y sin parentesco alguno? Muchos podrían ser los motivos e intereses que empujaban a dos hombres casaderos hacia el affrèrement , pero está claro que la aceptación de este contrato implicaba un escollo difícil de salvar si alguno de ellos decidía casarse en el futuro, ya que la disolución del contrato podría resultar compleja y costosa. Si bien esta clase de hermanamientos era porcentualmente inferior a la de otras tipologías recogidas –con su consecuente escaso eco en los tratados posteriores-, lo cierto es que existieron. 

Una historia extrañamente ambigua es la de Antoine Chauvin y André Gros, de Digne, que Tulchin en torno a finales del siglo XV. Se sabe que Chauvin tenía hijos, que a su quedaron bajo la custodia de Gros y que heredaron la mitad de las propiedades que los dos affrèrés compartían. Lo que no está muy claro es si ambos vivían originariamente con la esposa de Chauvin o si los dos hombres se fueron a vivir juntos tras la muerte o abandono hipotético de la esposa. Fueron muchos los casos de hermanamientos entre hombres sin parentesco a lo largo de la costa mediterránea francesa, desde Toulon hasta la frontera española, así como en la provenza y en las regiones del suroeste.





Tumbas merovingias en Ennery, Lorena (Francia) 



CUANDO LAS TUMBAS HABLAN

Pero no sólo hablan los textos. Como en Inglaterra, en Francia el arte funerario aporta evidencias significativas sobre enterramientos emparejados de personas de sexo igual, incluso con nombre y apellidos. En algunos casos los difuntos eran clérigos del mismo monasterio o capellanía, pero en otros fueron enterrados juntos dos varones de diócesis distantes o sin razón aparente. Resulta, como poco, sorprendente que en el siglo XV Mathieu de Herville , prior de Saint-Denis, eligiera ser enterrado junto a Regnaud Maillard , prior de Reuilly, o que un tal Léger du Moussel compartiera el sueño eterno junto a Olivier BourgeoisLas similitudes y diferencias entre los contratos de affrèrement

y las tumbas emparejadas son evidentes. Ambos documentos son similares en cuanto que formalizan un acto de pública confesión de afecto mutuo entre dos hombres ante su comunidad. En cambio, las tumbas son menos arriesgadas que los documentos contractuales, ya que nadie podría utilizarlas para perseguir a los implicados, dado que están se hallaban muertos. Esto explica que, una vez extinguido el uso de los contratos de hermanamiento, perviviera la costumbre de las tumbas, como fórmula para privatizar el ritual de las parejas del mismo sexo que querían proclamar su amor después de la muerte.







JEAN REY Y COLRAT

En Les Paysans de Languedoc (1966), Emmanuel Le Roy Ladurie rememora un hecho acaecido en 1446. Jean Rey de Alès (Gard), que había sido abandonado por su mujer -dato suficientemente esclarecedor-, decidió formalizar un contrato de affrèrement con su amigo Colrat, con quien compartía mutuo afecto, afinidad y “amor desde el corazón”. Contrato Dicho, al parecer, hacía referencia al abandono matrimonial por parte de la mujer ya los lazos afectivos entre ambos contrayentes como causas de dicho 'hermanamiento', pero es bastante ambiguo en este aspecto y otros más. El caso de Rey y Colrat no sugiere que dicho affrèrement

fuera estipulado como una 'boda gay', tal como hoy la entendemos. Sólo puede indicar que los dos contrayentes usaron este tipo de contrato para sus propósitos propios, cualesquiera que sean serán. Ello les daba cobertura legal y segura frente a una aspiración mutua. Por eso, la actuación en privado de cada uno de los dos amigos –y posibles amantes- respecto a su affrèré , caso de que nuestras sospechas fueron ciertas, podría pasar completamente desapercibida ante los demás.

De haber sido amantes, como parece, Rey y Colrad necesitaban una buena coartada, porque la sodomía estaba castigada con la pena de muerte. Sin embargo, la homofobiadurante este periodo ha sido magnificada, ya que los perseguidos por el "pecado nefando" fueron entonces bastante escasos. En Aragón, por ejemplo, fueron menos de diez por año, en una población de un millón de habitantes –y ello pese a la existencia de la Inquisición-, mientras que en la Francia septentrional, que a la sazón contaba en torno a seis millones de almas, tan sólo aparecen dos o tres encausados ​​cada año. 




Rabano Mauro, apoyado por Alcuino de York, ofrece una obra a Otgar de Maguncia. Manuscrito Fuldense de época carolingia (hacia 831-40). Biblioteca Nacional de Viena (Austria).




ALCUINO Y EL OBISPO

Pese a los riesgos inherentes, las relaciones basadas en la devoción profesada entre hombres fueron comunes en la Europa de entonces. Así se refleja en la literatura y también en las crónicas. También es seguro que algunas de ellas llevaban consigo un intercambio sexual; algo que no puede probarse a ciencia cierta, mas tampoco negarse. Pero, dentro del estilo literario excesivamente ampuloso habitual en aquellos tiempos, a veces los textos nos dan motivos para pensar que la línea entre el afecto y la pasión es a veces extremadamente débil.

Es lo que, por ejemplo, se desprende de algunas misivas y poemas del monje Alcuino de Tours -también conocido por Alcuino de York-, sabio que vivió allá por el siglo VIII en la corte de Carlomagno. En una carta escribía a su adorado obispo: "Pienso en vuestro amor y amistad con tan dulce recuerdo, reverendo Obispo, que sigo anhelando aquel tiempo amoroso, cuando era capaz de aferrarme al cuello de vuestra dulzura con los dedos de mis deseos. ¡Ay , si sólo se me concediera, como a Habakkuk (Dan.14: 32-38), ser transportado hacia vos ...! ¡cómo me hundiría entre vuestros abrazos ...! ¡Cómo cubriría de besos, con levísima presión de labios , no sólo vuestro ojos, oídos y boca, sino también cada uno de los dedos de vuestros pies descalzos, y no una, sino muchas a la vez! ... " 

No contento con ello, en uno de sus poemas, Alcuino llora ante un amado discípulo (a quien se refiere en femenino como Daphne ) por la pérdida de otro pupilo, cuya marcha compara con el vuelo de un cuco que se aleja del nido. Estos son algunos de sus versos:
      

Si vuestro amor es trino, oh cuco, volved  presto, 
volved de nuevo, os ruego, acudid presto.           
Cuco, no tardéis, apurad al hogar vuestro regreso.           
Oh Daphne, quien amó aguarda a su manera.           
Despertad, ya está de nuevo aquí la Primavera.           
En verdes prados viene el buey a pastar.
Sólo el cuco no está. ¿Dónde estará?

(Traducción de Rafael Arribas, basada en la transcripción de Hellen Waddell, en: 

Penguin Books Homosexual  Verse , ed. SS Coote, Harmondsworth, Penguin, 1983).








Teodoro de Beza (Théodore de Bèze)



LOS AMORES DE TEODORO


La literatura homoerótica había alcanzado por aquel entonces un cierto prestigio, hasta el punto de que el teólogo Teodoro de Beza (1519-1605), acérrimo calvinista francés, escribió cuando joven en su obra Poemata Iuvenilia (1548) unos versos donde citaba a un supuesto amante masculino. Allí el poeta expresaba su pesar obligado a estar junto a la bella Cándida, cuando sus preferencias se inclinaban hacia el apuesto Audebert. Más tarde, el propio Beza declararía que aquel episodio había sido imaginario y que tan sólo intentaba emular un tropo de clásicos latinos, como Horacio. De hecho, en el año 1569, tras abrazar el protestantismo, Beza decidió suprimir tales versos en la reimpresión de su poemario, debido a las habladurías que circulaban sobre su contenido.

Si bien es imposible comprobar si hubo un motivo real que indujo a De Beza a escribir su poema, o si dicho amante existió de verdad, tampoco se puede demostrar que la sensualidad no fuera de las poderosas razones que impulsaron a muchas parejas del mismo sexo a adoptar legalmente el afrèrément y no el matrimonio. Lo más lógico es pensar que, aunque la relación sexual estuvo ausente en gran parte de los hermanamientos legalizados, esta institución fue aprovechada por algunos para establecer entre ellos unos lazos que irían más allá del amor platónico.


Por otro lado, todos sabemos que muchos religiosos, a pesar de su voto de celibato, tomaban esposas y apadrinaban niños. ¿Por qué deben entonces algunos affrèrés, compartiendo casa, no sucumbir a la ley de sus deseos y abstenerse de relaciones carnales con los de su mismo sexo? En realidad, esto resulta irrelevante para entender su forma de pensar. Ellos se profesado mutuo amor y la comunidad lo aceptaba sin problemas. Lo que se escondía detrás de estos hermanamientos no lo cuenta documento alguno.




FRATERNITÉ ...

Según David Helperin , citando a Montaigne , el lenguaje relativo a los affrèrements pertenece a la categoría de la "amistad o amor varonil", entendida como afecto y hermandad masculinas, que ya Étienne de la Boétie describe como una cualidad hermosa y llena de ternura, mientras censuraba a ese 'amor griego', de evidentes connotaciones sexuales, que en su aspecto puramente sentimental el mismo escritor terminaba alabando a la postre. Es un lenguaje que hoy podría resultar ciertamente ambiguo, similar al de los contratos de affrèrement , donde, obviamente, se excluía cualquier referencia al sexo.

Como era de esperar, tanto en Francia como en el resto de los estados católicos occidentales, la Contrarreforma fue decisiva para que estas fraternidades desaparecieran del ordenamiento jurídico convencional. El Concilio de Trento (1545-63) marcó la línea divisoria para que a partir del siglo XVI los affrèrements dejarán de ser moneda corriente. El peso de la Iglesia cayó como una losa en las sociedades de raíz católica. Sólo las tumbas, como dijimos, dieron testimonio de estos hermanamientos, al menos algunos siglos más, en Inglaterra y también, aunque en menor medida, en la misma Francia.




Jared French, El sueño de Monk (1932)



LO QUE LA VERDAD ESCONDE

Sería interesante conocer los entresijos relativos a actividades sexuales no dirigidas a la procreación que fueron habituales en aquella Europa premoderna. Saber cómo se comportaban los hombres con las mujeres, con otros hombres, o autosatisfaciéndose. Qué porcentaje de ellos practicaba el sexo oral, entre otras muchas cuestiones. Lamentablemente, esta clase de información carece de respuesta, hasta que nos vamos acercando al siglo XX. Los historiadores se ven obligados a escribir la historia de la homosexualidad sin las evidencias aportadas por una práctica deliberadamente oculta, por motivos de pura supervivencia. 

Las parejas del mismo sexo no podían proclamar alegremente su situación, a todas luces contraria a la ley ya las formas, igual que las heterosexuales no podían proclamar los deslices que cometían fornicando, aunque ello fuera de una práctica de lo más común. Por otra parte, pensar que todos los 'homosexuales' de aquellos tiempos eran célibes, sería tanto o más absurdo, si cabe, que creer que todos los clérigos también lo eran. 


LA 'PÉRFIDA ALBIÓN'

A pesar de su aparente desaparición, la institución del affrèrement sufrió una interesante transformación. Como demuestra Alan Bray , la versión última de los hermanamientos entre varones tuvo su continuidad en suelo británico. Inglaterra, que quedó al margen tanto del radicalismo protestante como del subsiguiente huracán contrarreformista católico, fue el último refugio de la Cristiandad tradicional, preservando de esta manera los hábitos sociales y jurídicos que iban a perderse en el Continente, como es el caso del affrèrement, aunque es posible que esta clase de uniones perviviera de manera informal y subrepticia en determinados lugares donde poco antes había sido práctica habitual. Esto explicaría la existencia en la Inglaterra moderna de un mayor número de familias no nucleares, superior al de otras zonas de Europa, como ha podido constatar el propio Bray.



Doncel con 'jaqueta' a la moda italiana (s. XV). 
Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona.


CUALQUIER TIEMPO PASADO
No vamos a caer en la trampa, reivindicando -como algunos interpretaron la teoría de Boswell sobre la adelphopoiesis - que estos affrèrements fueron creados pensando en las parejas homosexuales. Sin embargo, justo sería decir que en este periodo el 'hermanamiento' legal ofrecía a los solteros a quienes les gustaban los de su mismo sexo una vía para expresar su amor y legalizar su situación. Todo esto, aún restando valor a la existencia de parejas homosexuales, supuso un cambio drástico en las actitudes sociales de la época. 


Pensemos que comienzos de 1960, incluso en Occidente, si dos hombres hubieran formalizado un contrato de estas características, se habría provocado un gran escándalo. Y, sin embargo, cuatro o cinco siglos atrás tales contratos fueron legales y, por tanto, no provocaban comentario desfavorable alguno. La extinción del affrèrement demuestra cómo a partir del siglo XVI el protagonismo de la Iglesia hizo tabla rasa de aquellas normas consuetudinarias que, como los 'hermanamientos' de los que hemos hablado, suponían un peligro serio para los intereses de Roma. Para los hombres que amaban a los de su mismo sexo, ello supuso un recrudecimiento de las condiciones de vida, que perduró hasta bien entrado el siglo XX, con el auge de las recientes leyes igualitarias.





John Boswell 




Allan Bray








PARA SABRE MÁS:

Allan Tulchin,
“Parejas del mismo sexo que crean hogares en el antiguo régimen de Francia: los usos del" Affrèrement "”, en: Journal of Modern History , vol. 79, 3 (Septiembre, 2007), págs. 613-647.

Emmanuel Le Roy Ladurie , Les Paysans de Lanquedoc , Champs: Flamarion, 1966. Trad. al ingles por John Day: Los campesinos del Languedoc. Champaign, IL, 1974.
John Boswell l, cristianismo, tolerancia social y homosexualidad: personas homosexuales en Europa occidental desde el comienzo de la era cristiana hasta el siglo XIV , Chicago: University of Chicago Press, 2005. John Boswell, Same-Sex Unions en Premodern Europe , Nueva York: Random House Books, 1994. Alan Bray,





The Friend , Chicago: University of Chicago Press, 2006

Eduardo de Hinojosa, “La fraternidad artificial en España”, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 3ª serie, 13 (1905), págs. 1-18, reimpreso en: Eduardo de Hinojosa, Obras , vol. 1, Estudios de investigación: Publicaciones del Instituto Nacional de Estudios Jurídicos, 6ª ser., 1 (Madrid, 1948).





(*) Nuestro agradecimiento más sincero al Profesor Allan A. Tulchin  por su gentileza al facilitarnos el texto de su investigación y algunas notas interesantes al respecto.




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